En las noches de verano es muy habitual encontrarse por las calles y paseos a los biznagueros, hombres ataviados con el traje típico y con una penca en la mano, en la que llevan clavadas un puñado de biznagas para venderlas y que van dejando las calles impregnadas de olor a jazmín a su paso.
El trabajo del biznaguero empieza mucho antes del verano. El biznaguero, meses antes del verano debe recolectar la planta que va a hacer de esqueleto de la biznaga, que se recoge cuando aún está verde. Ésta tengo entendido que es una especie de cardo silvestre. Tiene que pelarla, quitando las hojas y ramas que sobran, hasta dejar sólo el tallo principal con el penacho de pinchos en la punta. Luego tiene que dejarla secar para que se quede rígida y de color beige, recortar el tallo para que quede del tamaño de la biznaga y recortar las puntas para que le permita introducir los jazmines.
Ya en el verano, el biznaguero debe coger cada tarde una penca (hoja de chumbera) y despojarla de todos sus pinchos, para utilizarla de base para colocar las biznagas. A continuación recogerá los jazmines, rellenará cada una de las biznagas jazmín a jazmín y una vez terminadas las irá pinchando en la penca.